Queriendo un país
- Carlos Suazo
- 20 dic 2024
- 1 Min. de lectura
Quisiera un país para todos
uno que a la luz del día encuentre
dentro de los boscajes y recodos
los sueño y deseos de mi gente.
Junto a un manso océano de valor
donde se hamaque la panga del trópico,
que le proteja de la incertidumbre y del horror
sus aguas de brillante tesón tragicómico.
Deseo campos azules y cielos verdes
¡qué importa el orden, yo lo exijo!
olvidar el pasado y que solo se recuerde:
la madre no debe llorar la muerte de un hijo.
Ese país que deseo, realmente aún no existe
mil infiernos y dolores formaron un plexo,
y un grupo de personas persiste
en convertirnos en un perpetuo éxodo.
¿antes no lo notaron los astros?
¡aquellos que le susurraron a Diriangén!
Ellos advirtieron sobre los rostros de alabastro
pero hoy no miraron al oculto comején.
Dentro de nosotros se generó
la ruina, puñal en cinta, fiera mano
nadie imaginaba que en nuestra era vivió
el asesino, uno de nuestros hermanos.
Y ahora en estas tardes grises,
nuestro candor está apagado
nos extinguimos en sus manos felices,
la mala política nos ha estrangulado.
Pero en este limbo seguimos soñando
que un machete abrirá un umbral diferente
y en los frescos días estarán cantando
algunos gallos con el sol en la frente.
Vendrá de pronto el cambio para mi gente
para la América Maya, Nahualt e Inca
por la luz de las buenas semillas en el vientre
o el retorno de los desterrados de Acahualinca.

Comentarios